DAÑADOS AL 70% RETABLOS DE LA PARROQUIA DE SAN JOSÉ POR POLILLAS
Ana Sánchez
Tras explicar que, luego de pasar alrededor de 20 años en que tanto los cinco retablos, como diversas imágenes sacras de la parroquia de San José, ubicada en la capital del Estado, no recibieran mantenimiento, el párroco Marco Antonio Padilla Aguilar afirmó que son urgentes acciones de fumigación a fin evitar mayores afectaciones y preservar las piezas de arte sacro.
Los retablos de la Parroquia de San José, de alrededor de siete metros de altura, son obras sacras que datan del siglo XVII y XVIII.
El párroco precisó, que “por los estudios realizados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se descuidaron las imágenes y los retablos hace 20 años, de no tener atención las imágenes y retablos”.
Al respecto detalló, desde el temblor que se registró el 19 de septiembre de 2017, tanto en el inmueble, como en las piezas de arte que se resguardan al interior del inmueble de la parroquia, se han acentuado los deterioros, debido a la humedad y a la deficiente ventilación.
“Por lo mismo de que está cerrado el templo y no tiene ventilación, lógico que algunos murales han sufrido deterioros por la misma humedad, los retablos ya de por si tenían polilla, desde antes del sismo se tenían que haber reparado y no se hizo a tiempo, pero ahora se ha incrementado por lógica, estos animalitos de la polilla se han incrementado”.
Pese a que los trabajos de fumigación son urgentes, detalló que es personal del INAH quien determina los tiempos “ellos van diciendo ahorita esto, lo otro, etcétera, estamos al tenor que nos digan ellos”.
Al respecto citó que el inmueble debe permanecer hermetizado hasta que se reparen las grietas, por lo que de momento no se podrá realizar la fumigación.
Padilla Aguilar detalló que se cuenta ya con el diagnóstico de una especialista, derivado del cual dijo “Tenemos un diagnóstico de una restauradora, que nos dice que es urgente, no es que haber cuándo, desde el año pasado, ella nos hizo la ficha y el proyecto de cómo podemos fumigar” detalló.
El párroco precisó que se encuentran en gestiones a efecto cubrir los gastos de fumigación que ascienden a cerca de un millón 500 mil pesos, por lo que se tienen acercamientos con personal de la Secretaría de Gobierno a efecto de cubrir los costos.
Paralelamente, detalló que, el inmueble requiere diversos trabajos de mantenimiento, como la renovación de la pintura. Al respecto ilustró que en el pasado ha faltado comunicación y coordinación con personal del INAH para atender las necesidades de mantenimiento.
“Los párrocos en su momento hacían la solicitud, los de INAH decían espérense, los párrocos hacían algo y le venían a parar la obra los de INAH; por ejemplo, el caso del portón, que se mandó reparar y vinieron los de INAH y lo detuvieron, como que no había mucha comunicación, los mismos feligreses veían que algo estaba mal e hicieron trabajos que en vez de que ayudaran, no fueron asesorados por INAH y eso ha generado todo este deterioro”.
Derivado de ello, afirmó que en adelante se realizarán bitácoras, que el párroco debe llevar muy apegado a los señalamientos del INAH para ir reparando los daños que más se pueda.
“Esa bitácora va a estar observada por INAH y por nosotros los párrocos; para que vayamos, tanto INAH, como nosotros, viendo algún deterioro e inmediatamente se comunique, se revise y que este templo se mantenga” detalló.
Padilla Aguilar resaltó que la feligresía está dispuesta a apoyar para coadyuvar en estos trabajos “tenemos un Consejo Parroquial que está al pendiente, se va a formar un patronato para que este más apegado a todo lo que son los inmuebles, porque sí se necesita que la gente se involucre más”.
Tras señalar que el seguro que se tenía, se aplicó para limpiar los retablos e imágenes, advirtió que se realizarán los proyectos pertinentes para acceder a recursos federales, así como gestionar ante fundaciones y el gobierno estatal, e insistió en que hay disposición de la gente para realizar aportaciones.
El párroco se pronunció por sumar esfuerzos para mejorar la coordinación con el INAH y realizar las acciones necesarias a efecto de preservar en óptimas condiciones el tanto el inmueble como las piezas de arte sacro que resguarda la parroquia.