EN VII CONGRESO INTERNACIONAL DE ARTE EFÍMERO, ALFOMBRISTAS DE HUAMANTLA CONFECCIONARON UNA ALFOMBRA DE SEMILLAS QUE MUESTRAN LA CULTURA MEXICANA
El colectivo Alfombristas Mexicanos de Huamantla, confeccionó una alfombra como punto culminante del VII Congreso Internacional de Arte Efímero que se celebra en Elche de la Sierra, Albacete, Castilla-La Mancha, España.
La exposición de alfombras de arte efímero en las calles de Elche de la Sierra muestra la cultura de 26 delegaciones, de nueve países de tres continentes.
El autor del boceto de la alfombra de Huamantla, Tlaxcala “Primero Sueño, el Barroco Mexicano es Libertad”, Alejandro Lira Carmona precisó que el concepto está enfocado en el barroco mexicano como resultado del sincretismo de las culturas.
Refirió que en la tradición alfombrista de Huamantla, Tlaxcala, México, los materiales de confección de la alfombra son una ofrenda, un agradecimiento a la tierra por lo recibido. Así las semillas, el maíz, las flores y los frutos son elementos que reflejan nuestra identidad a través del arte.
“Primero Sueño, el Barroco Mexicano es Libertad” se confeccionó durante más de 15 horas en sitio, en las plazas públicas y calles de Elche de la Sierra, junto con delegaciones de toda España, Italia, Alemania, Bélgica, Japón, Corea, Tíbet e India.
Además es la primera vez que Huamantla realiza una alfombra de semillas en el extranjero, utilizando frijol de diferentes colores, alubia, cebada, trigo, flores, aserrín y detalles en chinamite (caña seca de maíz) y hoja de maíz.
Esta es una alfombra mexicana que expresa a través de la belleza, la fuerza y la autenticidad, la identidad barroca, “México es explosión de color, creatividad que honra sus raíces prehispánicas, es fe y tradición que une a un pueblo, es biodiversidad natural, es un corazón que late con orgullo y pasión para mostrar el valor y vigencia de la cultura nacional”, añadió Lira.
Los elementos que contiene son: el corazón que representa “el mestizaje mexicano” que a partir de la convergencia cultural y social sentó las bases de nuestra identidad, expresada con el color, la creatividad y el espíritu de nuestro pueblo.
El ajolote, animal icónico en la mexicanidad por su capacidad de regeneración celular. El espíritu del ajolote fue reconocido por las culturas antiguas que lo veían como un ser que desafía a la muerte.
En el centro de la luna, México significa lugar en el centro o en el ombligo de la luna, nos refiere a la visión mexica de imaginar Tenochtitlán como centro y como un todo. A su vez, el conejo mantenía una estrecha relación con la luna, la noche, la oscuridad y la fertilidad.
La serpiente de cascabel, uno de los tres animales más importantes de Mesoamérica y también uno de los que posee mayor complejidad simbólica. Su relevancia data desde épocas muy remotas y es durante el auge de Teotihuacan que se torna un símbolo de poder político.
El guajolote, Huexolotl significa “viejo o gran monstruo”, haciendo alusión al gran tamaño del macho y sus exuberantes plumas ornamentales, adornada por una roja y desnuda cabeza y un trozo de piel que cuelga de su frente. Los mexicas le relacionaban con las deidades del sol y de la vida.
La mariposa monarca, es el espíritu del bosque y el alma de los muertos. Los aztecas la llamaban Quetzalpapalotl o mariposa sagrada y la asociaban con Xochiquetzal (flor preciosa), diosa de la belleza, el amor y las artes.
Lobo mexicano, el nahual. Según la tradición prehispánica cada persona desde su nacimiento poseía el espíritu de un animal -como el lobo- que se encargaba de protegerlo y aconsejarlo, principalmente durante el sueño.
Estos espíritus eran llamados “nahuales”. El lobo era símbolo de poder asociado con la diosa Chantico y a la deidad canina Xólotl.
Tonantzin. Los pueblos mesoamericanos, las deidades femeninas estaban relacionadas con la vida, la fertilidad y la tierra. Una de ellas fue Tonantzin, la diosa madre cuya veneración se hacía para agradecer que tenían alimento en las casas durante la sequía, en la obra se representa con un ave alimentando a sus crías.
El tlacuache, el pequeño que come fuego es el único marsupial mexicano y actualmente se encuentra en peligro de extinción. Según la leyenda náhuatl, el tlacuache fue el encargado de robar fuego a los gigantes de la montaña para entregarlo al hombre.
La música-Ángeles. La música es uno de los elementos de encuentro entre los pueblos prehispánicos y los españoles quienes coincidían en el uso ritual de esta. Representada en el diseño con ángeles cantores inspirados en la obra del maestro tlaxcalteca Desiderio Xochitiotzin. De piel morena y alas de maíz los ángeles tocan instrumentos prehispánicos -el teponaxtle y la chirimía-, combinados con instrumentos barrocos.
Las alfombras permanecieron expuestas durante el fin de semana, las cuales fueron visitadas por cientos de personas, llegados de diferentes partes del mundo.