LA HUAMANTLADA Y SUS ORÍGENES
Isabel AQUINO
En el año de 1953 después de su regreso de los famosos
encierros de Pamplona, España en honor a San Fermín; el ganadero Raúl González
González propietario del hierro de Piedras Negras, propuso trasladar esas
costumbres a tierras mexicanas y comparte su experiencia con un grupo de
personas para planear un festejo similar durante la Feria de Huamantla.
Con este propósito, Eduardo Bretón González, Manuel de Haro
Caso, Gonzalo Macías Galaviz, Sabino Yano Sánchez, Miguel Corona Medina, Emilio
Macías Sánchez, Francisco Ramírez Lima, Enrique Cervantes Aragón y Jesús
Villaseñor iniciaron los preparativos para el singular evento y lograron
obtener los permisos ante las autoridades municipales y estatales, aunque con
cierto recelo del jefe de servicios médicos municipales que al final participa
en la suelta de los toros a bordo de la ambulancia.
Después de todos los preparativos en
1954 se llevó a cabo el primer encierro de toros por las calles de la ciudad
que era anunciado dentro del Programa de la Grandiosa Exposición Regional y
Tradicional Feria de la siguiente forma:
La intención del primer encierro era siguiendo los
lineamientos de los festejos de San Fermín en Pamplona, aunque en 1956 ya había
adquirido características propias e incluso la prensa taurina nacional ya
hablaba del encierro, con crónicas y reportajes en diarios de gran prestigio
como Excelsior que publicó gráficas de los corredores delante de los toros,
mientras que Pepe Alameda en su columna de toros en el Heraldo de México
escribió “Sobre la Huamantlada, la Pamplonada y Similares”.
Esta importada fiesta taurina poco a poco fue adoptada por
los huamantlecos que la hicieron suya, reafirmando algunos aspectos ya que aquí
no solo corrían junto al toro hasta llegar a la plaza, sino que había muchos
intentos de torear con muletas y capotes improvisados dando por resultado que
los toros –que luego eran lidiados en La Taurina- salieran avisados con lo que
aumentaba el riesgo para los toreros lo que origino que empresarios taurinos y
toreros objetaran la lidia de toros tentados durante el recorrido a la plaza.
Ante esa situación para mediados de la década de los
setenta, los organizadores compran toros específicamente para el “Encierro de
Toros al Estilo Huamantla” que mas tarde sería simplemente llamada
“Huamantlada”. Modificaron la ruta y crearon un circuito con el cierre de
varias calles de la ciudad para soltar los toros y poderlos torear, tomando así
un estilo diferente, que desde entonces ha sido un escenario para todos los
valientes que quieren calmar sus ansias de torero y diversión para los miles de
espectadores.
En los primeros encierros soltaban entre diez y doce
astados, con el paso de los años el número fue incrementándose, en la
actualidad se sueltan 17 astados, uno por calle en el circuito de la
Huamantlada con peso promedio de 350 y 550 kilogramos .
Regularmente son toros de bella estampa, fortaleza y
bravura incuestionables, para el deleite de improvisados y diestros toreros que
por momento alcanzan el triunfo y reconocimiento de la multitudinaria afición
apostada en burladeros, gradas y techos del circuito.
Para este festejo desde unos días antes los vecinos del
circuito levantan burladeros, gradas, además en la víspera se realiza una
verbena popular amenizada con pequeñas bandas de música que desfilan charros,
tlachiqueros y músicos en el conocido “Desfile de Burladeros”.
En el día del festejo, con la detonación del tercer cohetón
los cajones son abiertosen punto de las 11:00 horas y el espectáculo comienza,
la adrenalina fluye y los valientes corren y buscan la mejor faena al toro
bravo, así es Huamantla y su “Huamantlada”.