EL BURLA-DERO
“Héroe sin capa”
“Cuando un hombre se da cuenta de que su padre
tal vez tenía razón, normalmente tiene un hijo que cree que está equivocado”. Charles
Wadsworth.
Respetables
lectores de Telemedios.mx, este
domingo que ha pasado se ha celebrado una ocasión más el Día del Padre en nuestro país; cada vez es más común ver más concurridos
en esta fecha algunos restaurantes y lugares de recreación para convivir en
familia y celebrar a la figura masculina de casa por excelencia. Parece que
después de mucho tiempo, la vida le va haciendo
justicia a este día.
Me
atrevo a aseverar lo anterior ya que hasta no hace muchos años, esta
“celebración” pasaba casi desapercibida; no hay que buscar muy lejos, un claro ejemplo
está en las escuelas. Siempre hemos oído hablar de la organización, los números
artísticos y los regalos que se dan para el día de la madre; no obstante, para
el día del padre eso nunca había existido; probablemente sea porque las mamás
son las que están, en su mayoría, al pendiente de la educación de sus hijos.
Pero ¿acaso la vital función de proveedor y protector que es atribuida
mayoritariamente al padre, es o era menos apreciada por los hijos y el entorno
social en general?
De
igual forma, considero que el hecho de que esta celebración no tenga esa fuerza
y mayor memoria colectiva es precisamente por la ausencia de una fecha fija para
honrar a los padres, por lo menos en nuestro país. Sabemos que con sólo leer la
frase 10 de mayo, hacemos esa conexión inmediata con nuestra mamá, lo cual no
sucede con recordar el día que se festeja al hombre de la casa.
Sin
embargo, así como ha cambiado esta perspectiva de la celebración de los reyes del hogar, también es importante
reconocer y considerar que hoy en día el papel y la figura del padre ha
cambiado drásticamente en la sociedad mexicana, tanto así que si nos
remontáramos a finales de los 80’s y principios de los 90’s, veríamos que
todavía en aquellos años era muy difícil oír de los labios de un padre un te quiero, situación que afortunadamente
ya muy pocas veces sucede.
Es así
que, por la situación social y económica que atravesamos actualmente en la que
los trabajos cada vez son cada vez más escasos y que la figura de la mujer está
logrando cada día un mayor empoderamiento; en la actualidad podemos ver sin
mayores problemas a padres de familia que cumplen con la función de amos de casa, se hacen cargo de los
hijos, de las labores domésticas, de ver que en la casa todo esté en orden,
mientras que la mujer se desempeña en un trabajo; son hombres que han dejado
atrás los estigmas del machismo y el pensamiento de una sociedad patriarcal
para apoyar a sus compañeras de vida en mantener su hogar y encargarse ellos de
la formación de sus hijos.
Y si
bien es cierto que casos como los mencionados arriba son los menos, es de
reconocer y aplaudir que ahora son más los hombres que aun teniendo un trabajo
extenuante con el cual deben cumplir, han dejado atrás esas ideas retrógradas e
inequitativas, ya que cada vez más se unen a las labores de casa, buscan un
reparto equitativo de las tareas del hogar y buscan pasar tiempo de calidad con
sus hijos, les ayudan con sus tareas, pasan ratos de diversión juntos y los
educan en base a palabras de cariño y afecto que, a muchos de ellos en su
momento, les hubiera gustado oír de sus propios padres; es por eso que hoy en
día sus hijos los ven como sus héroes sin capa.
Finalmente, quiero mandar una felicitación a
todos nuestros lectores que ya han tenido la dicha y la fortuna de vivir la
paternidad en carne propia, deseándoles que logren que sus hijos sean siempre
motivo de felicidad para ustedes. De igual modo, aprovecho el espacio para
felicitar y dar gracias a Dios por la dicha de contar con mi papá, que aunque
como la mayoría de la gente que perteneció a su generación no fueron educados
precisamente en medio de palabras de amor y muestras de cariño, a mí y a mis
hermanos siempre nos instruyó en base a valores y al respeto por los demás y
siempre estuvo al pendiente de que no nos faltara nunca nada. ¡Gracias Papá!
AUTOR:
Profr. Julio César Sánchez Carvajal