HOY ES LA NOCHE QUE NADIE DUERME EN HUAMANTLA
Del suelo al cielo, los huamantlecos elevan sus plegarias a través de coloridas alfombras de arte efímero que cubrirán más de siete kilómetros en la ciudad para la procesión de la Virgen de la Caridad en su fiesta mayor, y que comienzan a confeccionar desde la tarde de este 14 de agosto.
Esta fiesta es un espectáculo tan emotivo como inolvidable que hay que presenciar para sentir como todo un pueblo manifiesta su religiosidad con alfombras de arte efímero.
Isabel AQUINO
“La Noche que Nadie Duerme” es la
celebración religiosa más importante de
Huamantla, en el estado de Tlaxcala, México. Declarada como Patrimonio
Cultural Intangible del estado de Tlaxcala y Patrimonio Artístico y Cultural de
Huamantla, por el Congreso del Estado y el Ayuntamiento de Huamantla, en
reconocimiento al esfuerzo comunitario que da origen a una celebración nocturna
en la que se tapizan 7,000 metros lineales de calles para la procesión de la
Virgen de la Caridad.
En esta fiesta eclesiástica se
celebra del 14 al 15 de agosto, fecha en la que los pobladores hacen gala de su
tradición en el arte ornamental, al transformar su ciudad en un museo de arte
vivo.
Los preparativos comienzan con
algunos meses de anticipación. Familias enteras por calles y barrios se unen
para planificar la fiesta que ha perdurado por generaciones.
Los vecinos costean todo el
festejo, aportando una cuota para la
adquisición de materiales y contribuyen con
el trabajo para la elaboración de los adornos y la decoración del frente
de sus casas.
En el esperado día, los vecinos en entusiasmo participan en la confección de
los delicados tapices multicolores que cubren los pisos para la peregrinación,
con los más diversos y coloridos diseños que se funden entre lo prehispánico y
lo virreinal, un crisol donde convergieron y amalgamaron distintas culturas.
Detrás de cada alfombrado se
condensan generaciones de tradición de innovación, encuentros que ayudan a
comprender que las tradiciones son el principal valor que poseen los
huamantlecos, en un mismo lenguaje: el del amor, respeto y gratitud.
Manifestaciones
de una nueva cultura con identidad propia, que testimonia la grandeza de
nuestros valores, tradiciones y significados expresados a través de
iconografías que reflejan el sentido de apropiación e identidad de la sociedad.
Diferentes
técnicas, materiales y todo lo que alcanza la imaginación para recrear un
jardín, es lo que logran los alfombristas al entregar sus obras, cuya
manifestación se refuerza con valores propios.
Durante esa noche, se tapizan 32 calles
de norte a sur y de oriente a poniente, cada una con un diseño diferente, y que
con las múltiples ornamentaciones logran una composición que trasciende de ofrenda ritual a expresión de arte popular.
Miles de feligreses llegan en
peregrinaciones de diferentes localidades del país y acompañan a la imagen en
la celebración eucarística nocturna. A la una de la madrugada del quince de
agosto la imagen sale de su templo en un carro alegórico bellamente diseñado y
adornado.
Una enorme valla de niñas vestidas
con el traje típico que representa el orgullo de la raza mestiza, confeccionado
en manta bordado con la imagen del volcán Matlalcuéyetl o Malinche y grecas
prehispánicas, símbolo de unión y sincretismo cultural; se alinean a los
costados durante las siete horas de peregrinación. Los creyentes
la custodian durante la festiva avanzada.
Al amanecer la Virgen de la
Caridad regresa a su templo donde le aguardan orquestas y bandas de música que
le llevan serenata al pie del altar, y le entonan ‘Las mañanitas’.
Los huamantlecos son todos
protagonistas de la tradición que por sus singulares características la han
convertido en una de las celebraciones populares más bellas de México. Merito
extraordinario de una comunidad de bajos recursos económicos, que durante todo
un mes y especialmente en el transcurrir nocturno del catorce al quince de
agosto se proyecta al mundo por su arte y tradición.
LA NOCHE QUE NADIE DUERME
La festividad tiene sus orígenes en el siglo XIX durante el transcurrir
nocturno del 14 al 15 de agosto, pero fue hasta el año de 1968 cuando se le
comenzó a llamar “La Noche que Nadie Duerme”, por el
encabezado que publicó un periódico local.
La crónica de ese
acontecimiento firmada por Alfonso Neri Castaneira (+), fue titulada “La noche
en que nadie duerme”, una ofrenda espiritual que es alarde único de artesanía,
en la que describe lo que sucede en esa noche, por lo que la frase encanta a
los huamantlecos y a partir de entonces le comienzan a nombrar así.
En la publicación, su autor escribió: “Los hombres de Huamantla en su mayor numero
campesinos, ayudados por sus esposas y sus hijos, tendieron en la noche del 14
una alfombra de aserrín y polvos de colores, con dibujos de flores, grecas, cubos y signos
religiosos, en una extensión de tres kilómetros, para que sobre ella pasara su
tradicional procesión la imagen de la Virgen de la Caridad acompañada por
el pueblo.
En la
amplitud de la palabra, lo es todo en la noche del 14 y la madrugada del 15,
“La noche en que nadie duerme” en Huamantla. Una noche que es en verdad un
espectáculo tan emotivo como inolvidable que hay que presenciar para
sentir como todo un pueblo manifiesta su religiosidad de forma colorida.