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VIRGEN DE LA CARIDAD ESTRENA MANTO Y VESTIDO DURANTE 57 AÑOS CONSECUTIVOS


El grupo de bordado confeccionó las prendas sagradas de la Santa Patrona, que aunque este año no saldrá en procesión, la tradición logró mantenerse a pesar de la pandemia, con todas las medidas sanitarias preventivas.

Isabel Aquino

Hoy se cumplen 57 años de que la Virgen de la Caridad estrena vestido y manto de fina confección con canutillo de oro y plata, una tradición que pudo mantenerse pese a la pandemia.

A diferencia de otros años, la confección de las vestiduras sagradas de la Santa Patrona de Huamantla, se realizó en un tiempo aproximado de 30 días, y la mayor parte del grupo trabajó desde sus hogares para evitar congregaciones que pusieran en riesgo la salud de quienes colaboran.

En esta ocasión, el vestido fue donado por Laura Vallejo y el motivo central del diseño se basó en la iconografía de la medalla de San Benito que fue bordada con canutillo de oro, canutillo de plata y piedras preciosas, mientras que el manto estuvo dedicado a San José por lo que tiene aplicaciones con ramilletes de flores de azucena blancas bordadas con hilaza blanca y canutillo de plata.

En esta labor, como cada año se suman varias familias que hacen la donación de las diferentes prendas, la ropa interior, la cabellera, perfume, joyas y demás prendas que porta la sagrada imagen, cuya devoción crece cada día.

Estas ofrendas de devoción se han convertido en piezas de arte popular que forman parte esencial de la festividad católica que hacen los huamantlecos y forma parte del patrimonio cultural y artístico de la entidad, pese a que todos los festejos fueron cancelados, a excepción de las celebraciones eucarísticas para el cambio de vestido y la fiesta mayor el 14 de agosto para conmemorar la Asunción de María.

Antecedentes

En el año de 1963 Carolina Hernández Castillo (+) “Carito”,  retoma la tradición familiar y la mantuvo vigente durante 52 años ininterrumpidos, hasta su muerte en diciembre de 2015, con la colaboración de un grupo de alrededor de 50 bordadoras que ella misma formó para hacer estos delicados y finos bordados, además de la participación de sus hermanos José y Alfonso Hernández Castillo que contribuyeron de distintas maneras con la construcción de los bastidores de madera y herramientas útiles para la fijación de las telas sobre las cuales se hace el bordado.


Tras el fallecimiento de Carito, Elvira y Laura Hernández Torres con apoyo de bordadoras voluntarias son las herederas y poseedoras de esta tradición que ha permanecido durante varias generaciones en la misma familia, aunque en el último medio siglo se han sumado varias personas, principalmente mujeres,  motivadas por los milagros, por gratitud y por la enorme fe a la sagrada imagen de la Virgen de la Caridad.

La particularidad del vestido y sus hermosos diseños y bordados, han inspirado a escritores, músicos y poetas para dedicar sus versos a las damas que año con año, confeccionan la vestimenta sagrada.

Grupo de bordadoras del Vestido y Manto de la Virgen de la Caridad. Foto archivo 2018