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FEROMONAS MCH PARA SALVAR LA MALINCHE

 

Rafael Salas Vázquez


Telemedios MX

Para evitar que los escarabajos descortezadores sigan destruyendo los bosques de Tlaxcala y del volcán la Malinche no es necesario inventar el agua tibia. La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) han coincidido con sus homólogos de Canadá[1] y Estados Unidos[2] respecto al uso de feromonas MCH como el método más eficaz contra las especies de descortezadores que habitan en Norteamérica. Es decir, para el caso de los bosques de Tlaxcala lo que debemos hacer es aprender de la experiencia de quienes ya demostraron cómo combatir los descortezadores.

 

La CONAFOR señala: “Los investigadores de plagas forestales descubrieron que los insectos descortezadores emiten una “feromona antiagregante”, o MCH, para avisar a otros descortezadores que no ataquen a un determinado árbol porque ya hay demasiados insector en él. Para imitar este efecto, la feromona MCH, se sintetiza de forma artificial y se aplica en lugares donde hay pinabetes susceptibles al ataque. De esta manera se da la señal falsa a los insectos de que los árboles sanos ya han sido ocupados por otros descortezadores, y se evita el ataque. La feromona MCH no es un insecticida, es una sustancia que sirve como señal de comunicación entre animales”.[3]

 

Las feromonas MCH (3-metil-2- ciclohexeno-1-ona) deben aplicarse en los árboles antes de que comience el ciclo de vuelo del escarabajo. Se trata de unas cápsulas que se engrapan sobre la corteza de los árboles sanos; también con una avioneta se pueden asperjar micro hojuelas impregnadas con feromonas MCH, sobre todo para zonas de difícil acceso. En 2013 el INIFAP realizó el documento denominado “Fundamentos para el control integral del descortezador” (http://www.inifap-nortecentro.gob.mx/nodos/tecnologias/OK_Validada%20Descortezador.pdf) mismo que, en aquel año, tasó en promedio la solución por hectárea en 48 salarios mínimos, lo cual hoy equivaldría a $6,768.00 pesos por hectárea. Si consideramos que el Parque Nacional La Malinche se conforma por 46,112 hectáreas[4], requeriríamos aproximadamente $312,086,016.00 para poder atender la plaga que nos aqueja. De forma paralela, dicho documento sugiere apegarse a la NOM-019-SEMARNAT2006 para el derribo y extracción inmediata o el derribo, troceo y descortezado de árboles infestados.

 

La pregunta ahora sería: ¿de dónde va a salir esos millones de pesos que se requieren? Con anterioridad he mencionado la importancia de gestionar recursos extraordinarios e innovar financieramente para ofrecer alternativas viables. En ese sentido, debemos apostar por la emisión de bonos de carbono y la emisión de bonos verdes en el mercado de valores. En este tema financiero tampoco vamos a inventar el agua tibia ni el hilo negro. Debemos seguir el ejemplo que nos dan entidades como la CDMX o el municipio de Toluca; Ellos han operado en el mercado de valores los instrumentos financieros que facilitan la sustentabilidad de sus demarcaciones. También podríamos utilizar un modelo de crowdfunding aplicado a una asociación público privada o explorar la posibilidad de echar mano de la Ley Fintech y emitir un activo virtual forestal.


Recordemos que los descortezadores se reproducen exponencialmente y el periodo de sequía no hace mas que incrementar su presencia. También hay que señalar que esta plaga no solo está afectando los árboles en La malinche, pues ya también está presente en los bosques de Tlaxco, los bosques del Santuario de las Luciérnagas, y bueno, hasta en el Jardín Botánico de Tizatlán y en la rectoría de la UATx podemos ver sus estragos. Por eso urge aprender de otros tanto en cuestión forestal como en cuestión financiera. En ese camino de aprendizaje podremos innovar, pero debemos empezar a trabajar ya.