EL BURLA-DERO
Sin temor de Dios.
Ha
terminado el período de vacaciones de la Semana Santa, y después de este lapso
de descanso un servidor regresa nuevamente con sus líneas a este medio de comunicación,
así que espero seguir contando con la amabilidad de su lectura queridos
seguidores de Telemedios.mx.
Regularmente
estos días que han pasado muchos los ocupan para reflexionar en torno a los
misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo; por su parte,
otros tantos aprovechan el tiempo para convivir en algún lugar turístico de
acuerdo a sus posibilidades económicas y los planes que hayan hecho.
Hace
no muchos años, parecía que igual las noticias se detenían e inclusive los
titulares de los noticieros televisivos más importantes del país podían tomar
vacaciones; sin embargo, ahora que vivimos una era digital y de información las
noticias no se detienen; incluso de los hechos más relevantes que tuvimos estos
días fue el inicio “oficial” de las campañas electorales rumbo a la presidencia
de la República.
No
obstante, existieron tres hechos que se dieron en diferentes estados del país y
que pareciera no tuvieron mucho eco entre los ciudadanos debido a los días de
asueto; me refiero al asesinato de tres mujeres, dos de ellas embarazadas y una
de ellas que recientemente había parido, a las cuales les fueron arrebatados
sus hijos.
Es
innegable que la violencia se encuentra cada día más desatada en nuestro país;
pero las agresiones contra las mujeres han ido en escalada mayor. Y aunque los
asesinatos que arriba menciono no fueron tipificados como feminicidios, cada
vez es más preocupante en México el hecho de saber que la mujer por su
condición de género pone en peligro su vida al salir de casa; y ahora no sólo
el ser mujer es motivo de alerta, hay que agregar aún que el riesgo de ser
asesinada es todavía más latente si una mujer se encuentra en estado de
gestación o bien acaba de ser madre.
Pareciera
que las notas en torno a estos casos hubieran sido sacadas de una película de
suspenso en la que los asesinos no se tientan el corazón para acabar con sus
víctimas, tienen el valor y la sangre fría de extraer a sus bebés para quién
sabe qué fines y posteriormente deshacerse de los cuerpos de estas mujeres que
su único delito fue estar en “estado de gracia” o haber tenido recientemente la
“dicha de ser madres”.
FOTO: www.vanguardia.com.mx
Como
recuerdo que hace algunos ayeres aún solían decir nuestros padres o nuestros
abuelos, incluso algunos medios de comunicación, que hasta en los “días santos”
así como en Navidad la delincuencia descansaba; pero ahora pareciera que ya no
existe ningún temor de Dios. Y más allá de la connotación religiosa, pareciera
que lo que ahora vivimos no es más que el reflejo de que estamos construyendo,
un tejido social carente de valores, que incluso podría atreverme a calificarlo
de podrido, en el que muchos de sus participantes somos insensibles o apáticos
a lo que sucede a nuestro alrededor, en dónde nos atrevemos a juzgar y señalar
a alguna persona sin fundamento; una estructura social en la que antes que
ayudar a los demás, muchos objetan por qué tendrían que hacerlo antes de
llevarlo a cabo sólo por colaborar con alguien más.
Ojalá
estemos claros que viviremos en una sociedad más justa y pacífica el día que
hagamos lo que nos corresponde, dejando de lado el egoísmo que nos ciega y que
nos hace vivir pensando erróneamente que podemos lograr lo que nos propongamos
a costa de los demás. ¡Hasta la próxima!
AUTOR:
Profr. Julio César Sánchez Carvajal.